Economía verde

¿Qué es la economía verde?: Su origen, 5 principios y lo que implica para el futuro.

La economía ha crecido a expensas de la naturaleza. Las consecuencias de esto se ven hoy en día a través de la crisis ambiental y la crisis por los recursos. Estos problemas hacen evidente lo que los expertos han señalado desde hace décadas: el modelo económico tradicional es insostenible a largo plazo. Es por eso que se han planteado alternativas hacia una economía verde que aproveche el ingenio humano para lidiar con los problemas del planeta y a la vez ser el motor de crecimiento económico.

¿Qué define a la economía verde?

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) define la economía verde como “aquella que resulta en un mejor bienestar humano y equidad social, reduciendo significativamente los riesgos ambientales y la escasez ecológica”. Está conectada con la producción, distribución y consumo de bienes y servicios que apuntan a mejorar la condición humana y ambiental a largo plazo. Es decir, a diferencia de otros modelos sostenibles, como la economía circular (que se enfoca en los recursos y sus ciclos de uso), la economía verde se aplica a todo el marco económico, por lo que una economía circular puede ser parte de una economía verde, pero no al revés.

Origen

Desde finales de la década de los sesenta empezaron a surgir diversas ideas para un nuevo modelo económico basado en el «despertar de la conciencia«, con varios expertos reconociendo que el ser humano y el planeta son más importantes que el beneficio económico. Sin embargo, no fue hasta 1989, con la publicación del libro Blueprint for a Green Economy (en español, Plan para una economía verde) de David Pearce, que se formalizó este concepto. Es aquí donde se define el objetivo principal de la economía verde: crear bienestar para todos y hacerlo respetando al ambiente.

La manera en que la economía evolucionó incentiva el consumo en exceso, la degradación de bienes naturales y destruye la riqueza natural, alimentando aún más los problemas críticos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la falta de recursos. Un nuevo modelo económico es necesario para nuestra supervivencia. Joan Melé, economista español y presidente de la fundación Dinero y Conciencia, compara este cambio de paradigma al que hubo cuando se planteó el heliocentrismo. De manera similar a ese entonces, el nuevo modelo genera rechazo al principio, pero «al final se va imponiendo por sentido común«.

Los 5 principios de la economía verde

La Coalición de Economía Verde declara que las economías son fundamentalmente un conjunto de reglas y normas que premian y castigan ciertos comportamientos. Actualmente promueven conductas que depredan la naturaleza debido a su interés por el beneficio económico sobre todo lo demás. Es por eso que la Coalición define cinco principios de la economía verde, cada uno basado en precedentes importantes de la política internacional, y los cuales, juntos, pueden guiar reformas económicas en diversos contextos: bienestar, justicia, límites planetarios, eficiencia y suficiencia, y buen gobierno.

El bienestar ha sido un objetivo primordial de la economía verde desde su concepción. Idealmente este modelo permite a todas las personas crear y disfrutar prosperidad. Para lograrlo se centra en las personas y en crear riqueza que apoye el bienestar, no solo como capital financiero, sino también capital humano, social, físico y natural. La economía verde prioriza el acceso y la inversión a la sostenibilidad, infraestructura, conocimiento y educación necesarios para el bien común.

Para que exista bienestar también debe haber justicia. La economía verde promueve la igualdad entre todos a lo largo de generaciones, es inclusiva y comparte la toma de decisiones, beneficios y costos de manera justa. Busca reducir la disparidad entre las personas mejorando la distribución de oportunidades. Su perspectiva a largo plazo crea riqueza y resiliencia para las futuras generaciones, sin ignorar los problemas urgentes que deben ser solucionados ahora y sin dejar a nadie atrás durante el proceso de transición.

La economía verde salvaguarda los límites planetarios: protege, restaura e invierte en la naturaleza. Reconoce la limitada sustituibilidad del capital natural con otros capitales, y por precaución evita la pérdida del capital natural crítico y el incumplimiento de los límites ecológicos. Además, prioriza la inversión en los sistemas naturales y la innovación en su manejo a través de propiedades como, por ejemplo, la circularidad.

La eficiencia y suficiencia significan apoyar el consumo y producción sostenible. La economía verde es baja en carbono, diversa y circular; conserva los recursos y adopta nuevos modelos de desarrollo económico que afrontan el desafío de crear prosperidad dentro de los límites planetarios. Reconoce un piso social de bienes y servicios básicos para el bienestar y la dignidad, así como los picos inaceptables de consumo. Para fomentar que se respeten estos límites la economía verde usa diversos mecanismos, como hacer pagar al contaminador o dar beneficios a los agentes que entreguen resultados verdes.

Para que la economía verde sea implementada necesita del buen gobierno. Es decir, la economía debe estar guiada por instituciones íntegras, responsables y resilientes, cuyas decisiones deben basarse en la evidencia y contar con la participación y consentimiento público.

¿Qué significa para el futuro?

El estado actual de la crisis climática es altamente preocupante. Se han roto récords de temperaturas en los últimos años y todo indica que veremos efectos más extremos en el clima en los años venideros. Esto ya está afectando a la economía de América Latina, con la caída de productividad agrícola, movimientos migratorios, elevados costos por la reconstrucción luego de un desastre natural, entre otros. Se estima que el calentamiento global le podrá costar a la región entre 1.5% y 5% de su PBI en 2050. Es aquí donde entra la economía verde, que representa una oportunidad para el ambiente, la sociedad y la economía.

La transición hacia la economía verde es más importante que nunca antes. Después de décadas de ignorar las advertencias de los expertos, la mejor esperanza ahora es actuar de inmediato para limitar la extensión del daño que se vive actualmente. Con la economía verde se puede hacer más que reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Este modelo también desarrolla nuestras habilidades para adaptarse al cambio climático y, al lograr sus objetivos ambientales, también trae beneficios económicos y sociales, como la generación de empleo.

Se estima que con la transición a una economía verde veremos ocho millones de empleos generados a nivel mundial solamente en el sector de energías renovables. Esto compensaría la pérdida de aproximadamente 2.5 millones de empleos actualmente ocupados en combustibles fósiles. Además, cada vez son más los jóvenes que consideran cómo su empleo afecta al ambiente. Según la ONU, más del 40% de los millennials y la generación Z están contemplando cambios en su empleo debido a preocupaciones sobre el cambio climático.

A pesar de estas tendencias, aún hay una considerable falta de personal especializado. Para aliviar esto se está impulsando la formación de jóvenes y el reskilling de trabajadores, de manera que se mantengan en el sector cuando pasen a ser empleos verdes. Por ejemplo, recientemente se ha lanzado en América Latina y el Caribe el Pacto de Empleos Verdes para los Jóvenes, con el que la ONU y Ministerios de Ambiente de la región se comprometen a acelerar la creación de empleos verdes.

Fuentes

Un campo de cultivo

¿Qué es el ciclo biológico de la economía circular?

La economía circular está basada en tres principios: eliminar los desperdicios y contaminación, circular productos y materiales al mayor valor posible por el tiempo que sea posible, y regenerar la naturaleza. Para lograr estos objetivos el modelo circular se divide en un ciclo técnico, que requiere esfuerzo humano para todos sus procesos, y uno biológico, que aprovecha los procesos naturales del planeta. Hemos explorado a mayor detalle qué es el ciclo técnico, así como las acciones que lo componen en un blog previo. En esta ocasión, veremos con mayor profundidad a la otra mitad del modelo circular: el ciclo biológico.

El ciclo biológico complementa al ciclo técnico para formar la economía circular, usando únicamente materiales seguros para el ambiente y su eventual retorno a la biósfera.

¿Qué es el ciclo biológico?

El ciclo biológico está definido como el conjunto de procesos que, juntos, «ayudan a regenerar el capital natural.» A diferencia del modelo lineal, que considera a la naturaleza como una fuente de recursos, la economía circular da valor a la naturaleza en sí misma, de ahí la importancia de no solo preservar, sino también construir y generar el capital natural. El ciclo biológico se distingue del técnico porque los procesos suceden en el ambiente, y aunque la intervención humana ayuda, no es vital para que sucedan. Además, los únicos materiales que participan en los procesos del ciclo biológico son aquellos que puedan ser devueltos de forma segura a la biósfera.

Regeneración

En el corazón de la economía circular está la regeneración. Las prácticas sostenibles que se aplican en la economía circular buscan mejorar los suelos, aumentar la biodiversidad y retornar los materiales biológicos al ambiente en lugar de desecharlos. En otras palabras, el enfoque principal de la economía circular no es cómo hacer menos daño, sino cómo mejorar el ambiente. Es por eso que todas las acciones del ciclo biológico aportan en mayor o menor medida a la regeneración de recursos.

Agricultura y recolección

El cambio de las operaciones agrícolas y de recolección es uno de los puntos más importantes para conseguir la regeneración de la biósfera. Aplicando técnicas sostenibles se pueden conseguir suelos saludables y mejorar la biodiversidad local, la calidad del aire y agua, y aumentar el almacenamiento de carbono en el suelo. Entre algunas de las soluciones están la agricultura regenerativa, acuicultura restaurativa, y la agroecología, entre otras. Aunque pueden diferir en el enfoque o el alcance, tienen el mismo objetivo: restaurar lo perdido en el ambiente.

Los productores más industrializados en estos sectores ven difícil la transición hacia las técnicas sostenibles de agricultura y recolección. La colaboración, capacitación y el acceso a la tecnología pertinente son claves para este cambio. A pesar del aumento de costo que representa para los productores, a largo plazo mejorará el ambiente del que dependen para extraer recursos. En otras palabras, al adoptar alguna de las soluciones regenerativas, no están sacrificando beneficios, sino invirtiendo.

Digestión anaeróbica y compostaje

Después de la agricultura y recolección sostenible viene la digestión anaeróbica y compostaje. Estos procesos buscan recolectar y devolver al suelo los nutrientes de los desechos orgánicos de los alimentos cosechados y consumidos. Ambos implican a microorganismos, como las bacterias y hongos. El compostaje es la descomposición de los componentes orgánicos, como los desechos de comida, en presencia de oxígeno. De esta manera el material biodegradable se convierte en composta, el cual luego puede nutrir el suelo. Al devolver los nutrientes al suelo con esta composta, los agricultores dependen menos de los fertilizantes químicos para mantener la productividad de las tierras agrícolas.

Por otro lado, la digestión anaeróbica realiza una descomposición similar, pero en la ausencia de oxígeno, y produce biogás y sólidos residuales que pueden ser aplicados a la tierra o añadidos a la composta. El biogás, que también puede ser producido durante el compostaje, sirve como una fuente de energía, y dada su naturaleza, contribuye a la economía circular.

Cascadas

Los procesos de cascada son aquellos que usan los materiales que ya estén circulando en la economía, como los subproductos alimenticios, para crear nuevos materiales. Por ejemplo, se están viendo últimamente avances para reemplazar el plástico por materiales orgánicos en la industria textil. Esto también responde al hecho de que, aunque el reciclaje y el reuso del ciclo técnico ayudan, algunos materiales representan un gran peligro. El océano y la salud de las personas se han visto perjudicadas por los microplásticos. Con los procesos de cascada estos materiales son reemplazados por aquellos que son seguros para el ambiente.

Extracción de materia prima bioquímica

Este paso usa los materiales orgánicos después de la cosecha y consumo como materia prima para producir productos químicos. Las biorrefinerías convierten lo que previamente sería considerado basura orgánica y crea biocombustibles, químicos sostenibles, bioplásticos, entre otros. Aunque actualmente suelen producir poco volumen de estos productos de alto valor, se espera un crecimiento de este sector. La Unión Europea ya promulgó una Directiva de Energías Renovables, con el objetivo de que al menos el 32% de los combustibles del transporte provengan de fuentes renovables.

¿Cuál es su impacto?

Las prácticas depredatorias del ambiente han dañado gravemente al ambiente y hoy en día afecta a todas las personas. Por ejemplo, aunque no es el único factor que ha contribuido a la situación actual de la Amazonía, la quema de campos de cultivos ciertamente no ha sido beneficiosa. Además, termina dañando el mismo suelo que pretende aprovechar para la siembra. Por otro lado, la presencia de plástico en varias etapas de la producción de alimentos, hasta los envases con los que se distribuyen, han llevado a que la persona promedio llegue a consumir hasta 5 gramos de microplásticos cada semana. Sin una manera sostenible y segura de producir alimentos la salud de cada persona está en riesgo. Con el ciclo biológico se impulsan métodos que ponen fin a dichas prácticas dañinas, a la vez que benefician a la economía y la ciencia.

A finales de 2023, los bioplásticos representaban únicamente el 0.6% de toda la producción de plástico. Sin embargo, se espera que esto cambie en el futuro gracias a diversos proyectos y medidas como la anteriormente mencionada Directiva de Energías Renovables de la Unión Europea. Por ejemplo, este año un grupo de diversos investigadores en Países Bajos han logrado crear una biorrefinería que crea bioplásticos y compuestos aromáticos a partir de residuos agroindustriales, como la paja de trigo.

Estos avances en la ciencia y tecnología no son imposibles en la región, ya que tanto el capital natural e intelectual existe. De hecho, entre los miembros del equipo de Países Bajos se encontraba Martín Palazzolo, investigador argentino que trabaja en la Universidad de Cuyo. A pesar del gran potencial, la falta de un marco regulatorio en Perú ha frenado el avance en la transformación hacia una industria sostenible, mientras que otros países como Chile ya están en una transición exitosa hacia la energía renovable.

A menor escala que las biorrefinerías y la producción de energías renovables, la mayoría de personas y pequeños negocios pueden aportar al ciclo biológico con su tratamiento de materiales orgánicos. Tanto las personas comunes como los distintos negocios en el sector alimenticio, desde restaurantes hasta cafeterías, pueden compostar los residuos de sus alimentos. Como parte de la economía circular, esto también representa un mercado. Por ejemplo, Lima Compost ofrece servicios de compostaje y capacitación a vecindarios, colegios, negocios y fábricas en la ciudad.

Ya sea de forma doméstica o empresarial, con o sin ánimo de lucro, todas las personas podemos aportar para que el ciclo biológico se lleve a cabo.

Fuentes

¿Qué es el ciclo técnico?

En un mundo donde los recursos son cada vez más limitados y la presión por la crisis ambiental crece, es necesario formular nuevos modelos de hacer las cosas, de tal manera que nos permitan alcanzar un futuro más sostenible. Hemos dedicado un blog pasado a una de estas posibles soluciones: la economía circular. Este enfoque se centra en mantener los productos, componentes y materiales en uso el mayor tiempo posible, optimizando su valor y reduciendo los desechos. Este modelo está dividido en dos ciclos: el biológico y el técnico. En este blog desglosaremos en mayor detalles qué es el ciclo técnico, cómo contribuye a una economía más eficiente y respetuosa con el planeta, y finalmente, veremos algunos ejemplos de cómo se ha aplicado en la vida real.

¿Cómo funciona la economía circular?

El diagrama de la mariposa: Los dos ciclos de la economía circular

Repasemos brevemente qué es y cómo funciona la economía circular. A diferencia de la economía lineal, donde el proceso de producción genera desechos inutilizables, la economía circular se enfoca en minimizar los desechos al aumentar la usabilidad de todos los productos, servicios y materiales involucrados. Esto se realiza de forma cíclica o circular, de ahí el nombre del modelo. Gracias a que cada ciclo está reutilizando o regenerando recursos, el modelo circular es más eficiente y sostenible a largo plazo que el modelo lineal tradicional.

La economía circular se compone de dos ciclos distintos, el biológico y el técnico. Mientras el ciclo biológico sucede de forma natural a través de distintos procesos, el técnico requiere de esfuerzo humano para minimizar los desechos eficientemente. Sin embargo, al final trabajan juntos para minimizar los residuos y así tener productos sostenibles.

El diagrama de la mariposa muestra cómo la economía circular se divide en dos ciclos: biológico (de color verde) y técnico (de color azul). (Fundación Ellen MacArthur, 2023)

¿Qué es el ciclo técnico?

La fundación Ellen McArthur define el ciclo técnico como «los procesos por los que productos y materiales pasan para mantener su mayor valor posible en todo momento». Ya que trabaja con materiales finitos, cada acción, desde compartir recursos hasta reciclarlos, está pensada para usar los recursos de la manera más eficiente posible. A continuación veremos con mayor detalle cómo funciona:

Compartir

Compartir es la primera acción posible en el ciclo técnico. Aunque no necesariamente funciona con todos los productos o servicios, tiene el potencial de aumentar dramáticamente su utilidad, y por lo tanto su valor. Por ejemplo, un carro puede servir para transportar a una sola persona, pero con los servicios para compartir transporte brinda beneficios a más usuarios. Dentro del mundo empresarial existen soluciones como Rheaply, un negocio B2B donde se alquilan recursos y herramientas. De esta manera, en lugar de tener activos guardados en el inventario sin ser utilizados, se ofrecen en la plataforma, convirtiéndose en una fuente de ingresos adicional y ayudando a la comunidad emprendedora al mismo tiempo.

Mantener o prolongar

Prolongar la vida útil de un producto también maximiza su utilidad. Cualquier producto material que sufra un desgaste puede recibir mantenimiento, ya sean vehículos, inmuebles o ropa. Este último es un ejemplo popular gracias a lo universal que es, pues todas las personas usan ropa. Sin embargo, la industria textil y algunas de las prácticas alrededor de la ropa, como el uso excesivo de agua al lavar, contribuyen a la contaminación ambiental. Es por eso que en los últimos años se ha extendido el interés entre el público general por aumentar la vida útil de las prendas también ayuda al ambiente. Hoy en día se pueden encontrar varios consejos para realizar este proceso de forma casera, e incluso algunos emprendimientos que se dedican a esto como negocio.

Reutilizar y Redistribuir

Al igual que compartir y mantener, este bucle o acción del ciclo preserva la forma original de los productos para su propósito original. Con el creciente interés por la sostenibilidad, muchos productos se están fabricando con la reutilización en mente, como las botellas y bolsas reutilizables. Adicionalmente, la redistribución evita que los productos se desperdicien. Las tiendas pueden enviar productos a otras tiendas, y las personas revender aquello que ya no usen.

Reacondicionar y remanufacturar

Un paso más allá es el reparar, reacondicionar o remanufacturar los productos que ya no pueden estar en circulación en su estado actual. Al igual que el mantenimiento de productos, la reparación y reacondicionamiento pueden ser realizados por los mismos usuarios, especialistas o negocios. Por otro lado, la remanufacturación implica la reingeniería del producto y sus componentes. En los últimos años, la industria china ha tomado este camino para avanzar hacia la sostenibilidad

Reciclar

Finalmente, la acción más popular del ciclo técnico es el reciclaje. Cuando un producto ya no puede ser usado como tal, ni siquiera reacondicionado o remanufacturado, debe ser reciclado para mantener el valor de los materiales que lo componen. Al igual que con la reusabilidad, son cada vez más los productos diseñados considerando su reciclabilidad, especialmente aquellos compuestos por materiales no biodegradables. Antiguas prácticas para crear productos de un solo uso se están dejando atrás y en su lugar se está promoviendo la innovación en diversos aspectos, como desarrollar plástico más reciclable. Esta facilidad para el reciclaje que se ha brindado en los últimos años ha permitido la creación de varios emprendimientos y programas sociales enfocados en esta acción.

¿Cómo se ha aplicado?

Nuevas empresas dedicadas a la sostenibilidad

La economía circular no solo beneficia al ambiente, sino que vuelve a los procesos más eficientes y rentables a la vez. Es por eso que han surgido nuevas empresas con la idea de aprovechar este modelo desde el principio, como Xinca, la empresa de calzado argentina mencionada en el blog anterio. Sus zapatillas hechas a partir de materiales desechados por otros y sus metas para remanufacturar y reciclar sus mismos productos la convierten en una de las empresas de economía circular líder en la región. Otro ejemplo es la empresa peruana Ciclo, que aporta al reciclaje usando desechos de materiales de construcción para transformarlos en ladrillos, bloques, adoquines, y otros productos relacionados.

Sin embargo, estos emprendimientos no siempre han tenido éxito. Este fue el caso de Grin, empresa de scooters eléctricos que aplicaba el compartir del ciclo técnico, y que tuvo que cerrar sus operaciones en Perú el año pasado. Después de pasar por una etapa complicada debido a la pandemia del COVID-19, lo que incluso llevó al recorte de personal, se enfrentó a varios retos con la gestión de la municipalidad de Miraflores. Decisiones por parte del municipio como decomisar 110 de los scooters que usaban finalmente obligaron a la empresa a cesar sus operaciones en abril de 2023.

Esto recalca la importancia de un apoyo por parte de entidades más allá del mundo empresarial. Las políticas nacionales o municipales pueden ser la diferencia entre el éxito y la bancarrota para muchos emprendimientos. Tanto China, Estados Unidos y la Unión Europea están tomando medidas para reinventar su industria y hacerla sostenible. Las personas no solo pueden apoyar económicamente a estas iniciativas, sino que, como ciudadanos, también tienen la responsabilidad de abogar por un mundo más sostenible a través de las instituciones a cargo.

La transición de un modelo a otro

Aunque la economía circular trae varios beneficios, tiene la desventaja de no ser un modelo tan cementado como lo es el lineal. Vivimos en un tiempo donde las empresas se están comprometiendo a dar los pasos necesarios para el cambio. En parte motivados por las nuevas regulaciones, pero también por los beneficios que trae a largo plazo. En Perú se ha propuesto una Hoja de Ruta hacia la Economía Circular, además de formarse la Coalición Nacional de Economía Circular (CNEC), una alianza de organizaciones públicas y privadas que apuestan por este modelo. Esto representa una oportunidad para la economía del país, que podría lograr que en 2030 el producto bruto interno (PBI) del Perú aumente en 2,41% y el empleo, en 2,27%.

Pero, ¿qué se está haciendo actualmente? Algunas empresas ya están tomando acciones para apoyar la economía circular, especialmente las grandes empresas que se pueden permitir el riesgo. Innova Schools tiene una estrategia de circularidad para fomentar el reciclaje y educar a la población sobre la importancia de este modelo. Hoy en día están en el trayecto de obtener el certificado EDGE, que reconoce a las edificaciones sostenibles, eficientes, y eco amigables.

Otra empresa que ha invertido en la circularidad es Textil del Valle. Ya cuentan con una planta de reciclaje con la que obtienen parte de su material, y se han comprometido a mejorarla este año 2024 para elevar su producción un 35%. Además, apuntan a usar exclusivamente energía renovable en sus operaciones para 2025, lo que juntaría al ciclo biológico con el técnico, aplicando una economía circular cada vez más completa.

Fuentes

¿Por qué las iniciativas verdes tienen un tiempo difícil con el marketing?

La sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente se han convertido en prioridades globales. Se están impulsando cambios en las industrias, gracias a los cuales hemos visto nuevas formas de trabajar en los negocios, como la economía circular o el marketing verde. A pesar del gran interés por las iniciativas verdes, muchas de estas se enfrentan a desafíos significativos al tratar de captar la atención y el apoyo del público. Para entender por qué sucede esto, veremos qué contratiempos enfrenta la sostenibilidad y qué errores comunes se cometen al difundir iniciativas relacionadas.

Problemas a enfrentar

La sostenibilidad no es barata

En la toma de decisiones sostenibles, las barreras más grandes son la asequibilidad y conveniencia. A pesar del interés por la sostenibilidad, su aplicación sigue siendo costosa, lo que lleva a precios más altos para el consumidor. Debemos considerar también que durante tiempos difíciles, como la inestabilidad política o crisis económica, la prioridad de la sostenibilidad baja para poner a las necesidades básicas primero. Este factor es importante en latinoamérica, una región con diversas dificultades socioeconómicas. Según un estudio de Green Gauge, aunque el 82% de consumidores latinoamericanos cita al cambio climático como una preocupación mayor, el 53% considera que las alternativas ecológicas a los productos cotidianos son muy costosas.

Sin embargo, esto no significa que la sostenibilidad esté perdida cuando se necesita priorizar el ahorro. Los comportamientos del público que busca acortar costos dan pie a una «sostenibilidad accidental» al, por ejemplo, comprar de segunda mano, reciclar, reusar y reparar productos antes de reemplazarlos, disminuir gastos eléctricos, etc. Este fenómeno invita a pensar sobre los lentes con los que vemos la sostenibilidad y pasar de una asociada a sacrificios y pérdidas a una ligada a conductas sostenibles.

Anticuerpos dentro de las empresas

Según un artículo de Harvard Business Review, uno de los grandes retos que enfrenta la sostenibilidad es la presencia de ‘anticuerpos’ dentro de las empresas. Esto se manifiesta principalmente a través de la falta de integración de la sostenibilidad en los procesos clave del negocio, producto de un compromiso y liderazgo insuficientes. No se asignan los recursos adecuados ni se determinan objetivos claros que ayuden a la sostenibilidad porque «los gerentes frecuentemente ven a la sostenibilidad solo como una palanca deseable en el marketing en lugar de un factor clave para las ventas.»

Si la misma empresa no toma la sostenibilidad en serio, se resiste al cambio y ni siquiera realiza reportes y análisis de métricas correctamente, entonces será difícil que una iniciativa verde las transforme o que ellas mismas puedan convencer al público de ser lo suficientemente verdes.

Miedos en la industria del marketing

Los reportes sobre el último año 2023 indicaron que la sostenibilidad había bajado en la lista de líderes industriales. A pesar de ser un año que rompió los récords de temperatura, demostrando el efecto del cambio climático, los especialistas de marketing afirmaron que no se habla de sostenibilidad en el marketing con la misma frecuencia que antes.

La importancia de la sostenibilidad ha llevado a una regulación cada vez más estricta, por lo que muchas empresas actualmente temen ser acusadas de greenwashing. En lugar de incentivar la comunicación transparente sobre la sostenibilidad, se ha visto que en algunos casos hubo un efecto contrario y las empresas optan por no hablar sobre sus acciones verdes, un fenómeno conocido como greenhushing. Para Leo Rayman, fundador y CEO de la consultora en crecimiento verde EdenLab, el problema es la priorización del perfeccionismo sobre el progreso. Si no se comparten ni comunican los esfuerzos hacia la sostenibilidad, incluso cuando fallan, entonces es difícil ser mejores cada año.

Errores comunes

Subestimar los requerimientos del marketing

Además de los factores externos que dificultan la sostenibilidad y la difusión de iniciativas verdes, también existen errores comunes a los que los líderes de estas iniciativas, organizaciones y emprendimientos deben evitar para triunfar en su marketing. El primero de ellos es subestimar lo que el marketing necesita. Por ejemplo, algunas iniciativas y organizaciones verdes, especialmente aquellas sin fines de lucro, dependen de voluntarios para sus operaciones. Sin un personal especializado en marketing esto puede llevar a graves problemas repetitivos, como acceder y transferir datos, material de marketing inconsistente, imposibilidad de hacer reportes, etc. Sin la cohesión y consistencia que brinda el personal de marketing correcto, es difícil que el público confíe en una marca. El cambio de imagen o voz frecuentes terminan por dar una impresión de desorganización sin identidad.

No tener una estrategia a largo plazo

Más allá del marketing, el subestimar requerimientos es una muestra de un error mayor al no plantear correctamente una estrategia que funcione a largo plazo. Como señala el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, a pesar de que Latinoamérica crea más empresas que Asia, la mayoría de estas son pequeñas, informales y no crecen lo suficiente o, si se sostienen, lo hacen a un ritmo mucho más lento que en otras regiones.

Es necesario planear para tener un plan de comunicaciones, rentabilidad y, para toda iniciativa verde, tratar de optimizar la calidad y sostenibilidad a la vez. Ir por lo ecológico a expensas de la calidad del producto o la asequibilidad reduce la satisfacción del cliente y, en consecuencia, muy pocos consumidores lo aceptarán. Existe lo que expertos llaman «miopía verde», pues aunque el público aprecie el valor del producto o servicio, la mayoría de ellos no sacrificará la utilidad por sostenibilidad, a pesar de cuánto les importe el ambiente. Por eso es recomendable que, como mínimo, los productos verdes ofrezcan características similares a la competencia, en un rango de precio razonable.

Es importante tener una estrategia de marketing sólida, que aproveche el content marketing y sea consistente. Si se trata de una iniciativa sin fines de lucro, entonces se deben considerar también planes de marketing anuales para las recaudaciones de fondos. Hacerse notar únicamente cuando se necesita financiamiento brinda una imagen desorganizada. Como con cualquier otra marca, se requiere de tiempo para formar una comunidad leal a la que se le pueda ofrecer valor agregado como webinars, clases, u otros eventos.

Buscar una audiencia demasiado ancha

Es claro que la sostenibilidad es (o debería) ser importante para todos. Sin embargo, al buscar llegar a todos, no se está generando el impacto deseado. Toda empresa o iniciativa debe definir su público objetivo: el grupo de personas al que puede beneficiar con lo que ofrece y cuyos valores resuenen con los de la marca. Ese es el primer paso para conectar con ellos. Lo más probable es que no habrá un solo tipo de persona, por lo que es necesario construir los perfiles de la audiencia y así definir una voz de marca que pueda hablar con todos ellos.

Además, aunque el marketing verde es más popular que en décadas pasadas, sigue siendo relativamente nuevo para muchos. No se puede ignorar la necesidad de informar al público sobre los problemas ambientales que la marca está aplacando, especialmente si estos son problemas muy puntuales. De otro modo, será difícil convencer a las personas de que se está aportando genuinamente a una solución. En el proceso, no solo se estará ayudando a una sola iniciativa, sino a la concientización del público general.

Fuentes

¿Qué es la economía circular? Significado, beneficios y ejemplos

La crisis ambiental está forzando una transformación en los modelos de negocio actuales. Así como el marketing verde ha surgido para hacerlo más sostenible, también la economía está cambiando. Históricamente, hemos pensado en el avance económico y tecnológico como la dominación de nuestro entorno. Se han usado y agotado los recursos naturales sin pensar que, en realidad, la economía depende de estos recursos. Ahora, después de años con un modelo insostenible, el mundo evalúa cómo transformarlo a favor de la sostenibilidad, o si acaso es viable hacerlo. En este blog veremos una de las respuestas a este problema: la economía circular.

¿Qué significa la economía circular?

Un modelo alternativo a la economía lineal

El modelo lineal tradicional opera en un ciclo de extraer, fabricar, usar y desechar. Este enfoque ha llevado a la sobreexplotación de recursos, generación abundante de desperdicios y el agotamiento de materias primas. Es tan insostenible que, según las estimaciones de la ONU, con las cifras de población esperadas para el año 2050, se necesitarían casi 3 planetas Tierra para obtener los recursos naturales necesarios para mantener los estilos de vida actuales.

La economía circular prioriza e incorpora la reutilización, el reciclaje y la reducción de residuos en los ciclos de vida de los productos. En otras palabras, en lugar de desechar los productos al final de su vida útil, que estos sean reciclados en nuevos procesos de producción y sus materiales reutilizados. Además, impulsa el diseño de productos duraderos y fáciles de reciclar.

El mejor ejemplo de la economía circular es el ciclo de la vida y cómo en este todo es reutilizado. Los desperdicios naturales se vuelven abono para plantas en un ciclo biológico que, con o sin intervención humana, regenera materiales. Por otro lado, la economía circular define también el ciclo técnico, en el que con suficiente energía e intervención humana se pueden recuperar los recursos y recrear el orden, dentro de un periodo de tiempo determinado. Según la fundación Ellen McArthur, en una verdadera economía circular, el consumo solo se produce en ciclos biológicos eficaces.

Beneficios económicos y sostenibles

La economía circular implica principalmente la protección del medio ambiente, ya que promueve la disminución de residuos y la preservación de recursos. Al adoptar este modelo, una empresa no solo disminuye su impacto negativo sobre el ambiente, sino que, al hacerlo de forma profunda, transformando su procesos, demuestra un gran compromiso con el ambiente, lo que lleva a una mejor imagen de marca.

Además del beneficio ambiental, la economía circular trae otras ventajas económicas y sociales, como la reducción de la dependencia en materias primas. En años recientes ya se ha visto cómo una pandemia y conflictos bélicos alrededor del mundo afectan a las cadenas de suministros. Considerando también que el mundo se está dirigiendo hacia una enorme crisis debido al creciente consumo de recursos, este factor es de los más importantes en favor de la economía circular. Con una base sólida y resistente frente a la escasez de recursos, este modelo promete el crecimiento económico, pues impulsa la innovación y la creación de empleo. Se buscarán diversas y mejores maneras para la gestión de residuos y el reciclaje, lo que también abrirá oportunidades laborales para especialistas en estas áreas.

¿Cómo se está aplicando?

Proyectos empresariales y gubernamentales

La economía circular está llegando a distintas industrias. Hay un mayor enfásis en el reciclaje y la reutilización. Por ejemplo, la embotelladora ISM ha invertido en instalaciones de tratamiento de agua para reutilizar el 39.8% de agua extraída para sus operaciones. Pero hay empresas que buscan ir más allá, transformando sus procesos para reducir sus residuos o evitar dañar el ambiente. Para lograrlo están aprovechando los avances tecnológicos más recientes, como la inteligencia artificial, e impulsando la innovación. Por ejemplo, la empresa textil DyeCoo desarrolló una tecnología para teñir sus productos sin usar agua. De esta manera, eliminan su producción de desechos de agua tóxica y disminuyen el riesgo de contaminación por químicos tóxicos.

No solo las empresas se benefician de la economía circular. Los gobiernos necesitan de un modelo sostenible para sobrevivir a largo plazo. En Europa ya existen planes para tomar acción y llegar a la economía circular. Por ejemplo, a inicios del 2022 el Consejo de Ministros de España aprobó el Proyecto Estratégico de Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Economía circular, también conocido como el ‘Plan de recuperación’. Con esto el gobierno español busca «acelerar la transición hacia un sistema productivo más eficiente y sostenible en el uso de materias primas.» Sus principales objetivos son aprovechar el potencial de la economía circular para generar empleo y aliviar la dependencia de la economía española del exterior, especialmente en momentos de incertidumbre sobre la disponibilidad de materias primas.

Ejemplo en la región: Zapatillas que impulsan el cambio

La viabilidad económica de la sostenibilidad es una fuente constante de dudas y preocupaciones para los empresarios que desean, sobre todo, tener negocios lucrativos, especialmente en la región latinoamericana. Sin embargo, la empresa argentina Xinca demuestra que es posible aplicar la economía circular en Latinoamérica de manera exitosa.

Fundada en 2013, el propósito de Xinca es tener un impacto social y ambientalmente positivo, creando zapatillas utilizando restos de neumáticos y de la industria textil. Alejandro Malgor, co-fundador de Xinca, pensaba ir más allá de la responsabilidad social empresarial, que él ha visto ser aplicada como una acción esporádica para mejorar la reputación de empresas. En cambio, considera a Xinca como una empresa de triple impacto, pues no solo persigue un fin económico, sino también el impacto socioambiental y generar conciencia en la población. Por su esfuerzo, en 2017 fue reconocido por Forbes como una de las 30 promesas de Argentina. Un año después, Malgor fue seleccionado por el Foro Económico Mundial para formar parte del grupo Jóvenes Líderes Mundiales.

“Buscamos que las empresas dejen de pensar en resultados económicos y se preocupen por las generaciones futuras, además de dejar el medio ambiente en un mejor estado»

La empresa es transparente y reconoce que aún hay un camino por recorrer para tener el mayor impacto posible. En el trayecto, también quieren inspirar a las demás empresas a dar el paso hacia la sostenibilidad. Hoy en día, la empresa ha ampliado su impacto para tener un enfoque incluyente, ofreciendo trabajo a mujeres de áreas rurales y con talleres para los reos del penal San Felipe, ayudando a su rehabilitación y reinserción al mundo laboral. Para 2025, apuntan a tener un sistema completamente circular, reutilizando las suelas de sus zapatos que hayan sido gastadas para nuevos modelos.

Así como Xinca, otras empresas en la región están mostrando el camino hacia la economía circular. Desde purificadoras de agua hasta el reciclaje de material textil, toda acción importa. Resaltar sus historias de éxito demuestra que es posible un futuro sostenible.

Fuentes