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Dos personas regando, haciendo crecer la economía sostenible.

¿Qué distingue la economía azul de la economía verde? 3 diferencias clave

El cambio climático que vivimos actualmente nos obliga a replantear los modelos económicos tradicionales. Gracias a esto hemos visto surgir nuevos conceptos como la economía verde y la economía azul. Aunque ambas buscan reconciliar el cuidado del medio ambiente con el crecimiento económico, tienen diferentes enfoques y áreas de aplicación. En este blog exploraremos sus diferencias y cómo cada una es importante para un futuro sostenible en la región.

Diferencias clave

Objetivos

Los dos modelos tienen un objetivo principal similar centrado en el cuidado del ambiente y mejorar la productividad económica; es decir, «mejorar el bienestar humano y la equidad social, reduciendo al mismo tiempo los riesgos ambientales y los daños ecológicos«. Sin embargo, los objetivos secundarios que las llevan a este punto difieren. Mientras que la economía verde se centra principalmente en la reducción de la huella de carbono mediante prácticas sostenibles en todos los sectores productivos, la economía azul pone su énfasis en la practicidad y asequibilidad de la sostenibilidad, así como el aprovechamiento responsable de los recursos marinos.

Los productos creados bajo la economía verde son fuente de críticas, pues solo un sector de la población puede adquirirlos debido a los costos detrás de su producción. En consecuencia, el objetivo de la economía azul en lo referente a la producción es evitar el desperdicio y utilizar todos los recursos disponibles de manera inteligente, innovadora y creativa.

Amplitud de enfoque

La diferencia en objetivos entre los dos modelos también los lleva a tener enfoques diferentes. La economía verde es más amplia que la azul. Se centra en la sostenibilidad ambiental en general, promoviendo el desarrollo económico sin comprometer los recursos naturales ni el bienestar de las generaciones futuras. Implica la transformación de sectores como la energía, la agricultura, la construcción y el transporte hacia prácticas más sostenibles. Por otro lado, la economía azul se enfoca especialmente en los océanos y recursos marinos, promoviendo su uso sostenible para el desarrollo económico.

Sectores de actividad

La economía verde, al ser más amplia y general, ve aplicaciones a través de diversos sectores, como la energía renovable, agricultura ecológica, prácticas agrícolas sostenibles, gestión sostenible de los recursos y desperdicios, entre otros. En cambio, aunque la economía azul se puede adaptar a diferentes ambientes, suele verse en práctica en actividades relacionadas a los recursos marítimos, como el comercio, turismo costero, pesca y acuicultura sostenible, y energía marina.

Importancia en la región

Los dos modelos son fundamentales para el futuro sostenible de nuestra región. A pesar de que enfrenta grandes desafíos, la economía verde es clave para combatir el cambio climático y proteger los ecosistemas. La transición ecológica que plantea este modelo puede ser el motor de crecimiento y empleo en el futuro cercano. Por ejemplo, el economista Juan Vázquez Zamora afirma que, si se invirtiera 3% más en sectores verdes en América Latina, se podría crear hasta un 10% más de empleo.

Por su parte, la economía azul tiene un enorme potencial para impulsar el desarrollo económico limitando el daño a los océanos y costas de la región de forma práctica. Esto es especialmente en países que necesitan de sistemas resilientes, como Perú, ya que la economía azul «fortalece la resiliencia económica, social y ambiental en diversos territorios del país; desde un conocimiento local, ético y global.» Es decir, este modelo no solo promueve la sostenibilidad, sino que también potencia la capacidad de adaptación frente a las crisis ambientales y económicas.

Fuentes:

¿Qué es la economía azul?

La naturaleza y la economía global están entrelazadas desde sus comienzos. Sin embargo, esta última ha evolucionado en contra del ambiente y los recursos naturales, consumiéndolos de forma insostenible, lo que ha llevado a una crisis ambiental y la amenaza de una crisis por los recursos. Esto ha llevado a que diversas filosofías para una economía verde ganen tracción en los últimos años. Sin embargo, esta transición aún enfrenta múltiples retos y despierta opiniones diversas sobre cómo deberían llevarse a cabo. Es en este contexto que surge el término economía azul, usado en diferentes ámbitos, pero siempre ligado a la sostenibilidad y el crecimiento económico.

¿Qué es la economía azul?

Cuando se habla de economía verde hay una tendencia a enfocarse en los bosques y recursos naturales presentes en la tierra, pero tampoco debemos olvidar la importancia de los océanos. Desde el principio de la humanidad el mar ha sido un elemento primordial en la economía, con civilizaciones antiguas navegando para comerciar o dependiendo de la pesca para alimentar a su población. En la actualidad los pozos petrolíferos en aguas profundas, parques eólicos marítimos y barcos de carga masiva utilizan el océano para apoyar a la economía global, pero no necesariamente lo hacen de la manera más sostenible. Es por eso que, para resaltar su importancia, el Banco Mundial define a la economía azul como el uso sostenible de los recursos oceánicos para el crecimiento económico y mejorar las condiciones de vida y trabajo, al mismo tiempo preservando la salud del ecosistema marítimo.

Sin embargo, la economía azul es más que señalar un problema de enfoque en la economía verde. Desde hace décadas varios especialistas promueven la transición hacia este modelo económico y, aunque han habido casos de éxito, la realidad es que siguen enfrentando varios retos. Los altos costos han llevado a una resistencia del mercado, retrasando el proceso de transición en un momento crítico para nuestro planeta. Frente a este problema, el economista Gunter Pauli usó por primera vez el término economía azul en 1994 en un trabajo realizado para las Naciones Unidas, y en el que profundizaría años después en su libro del mismo nombre. En este propone un modelo de negocio que lleva a la sociedad de la escasez a la abundancia, con lo que está localmente disponible. En otras palabras, la economía azul implementa la sostenibilidad sin sacrificar la productividad ni la rentabilidad.

Los principios de la economía azul

Gunter Pauli vio necesaria la creación de un nuevo modelo cuando notó los problemas a los que se enfrenta continuamente la economía verde. Muchos negocios medianos y pequeños terminan fracasando económicamente al implementar la sostenibilidad debido al aumento de costos que implica y por lo tanto se ven obligadas a vender a un precio elevado. En una entrevista con Plastic Ocean señaló: «En el pasado luchaba por la Economía Verde. Era mi sueño, pero la realidad es que en la Economía Verde todo lo que es bueno para ti y bueno para el medio ambiente sale caro. »

Gunter Pauli, economista y autor del libro La economía azul.

Los productores locales no tienen las herramientas para mantenerse competitivos y sostenibles a la vez. La idea de la economía azul es cambiar la realidad de los pequeños fabricantes, agricultores y asociaciones. El modelo propone usar todo lo que se tiene a mano, generar valor y responder a las necesidades de las personas. Esta visión se puede resumir en tres principios:

  • Inspirarse continuamente en la naturaleza. Propone un modelo basado en la imitación de los procesos de la naturaleza para crear sistemas de producción regenerativos y circulares. Este modelo prioriza el uso eficiente de los recursos, minimiza los desechos y promueve la creación de valor a partir de soluciones sostenibles e innovadoras.
  • Cambiar las reglas del juego. El sistema actual, gobernado por la economía lineal, nos ha acercado a un punto de no retorno en la degradación del planeta por la explotación masiva de recursos naturales, y es necesario un cambio completo para nuestra supervivencia.
  • Concentrarse en lo que está disponible localmente. En lugar de priorizar los bajos costos, busca crear compromiso con la resiliencia de las comunidades a través de la generación de valor y trabajo.

¿Por qué es importante?

Internacionalmente la economía azul es fomentada con el objetivo de salvaguardar el océano y aplicar los principios definidos por Pauli. Diversos proyectos y estudios se han dedicado a esta tarea. Por ejemplo, en 2021 la revista científica Nature publicó el estudio Protección del océano global para la biodiversidad, los alimentos y el clima, pionero a nivel mundial por su trabajo sobre la relación directa entre la protección de los ecosistemas marinos y el desarrollo económico. Este trabajo propuso una solución integral para los grandes problemas medioambientales que se derivan del cambio climático y determinó las áreas oceánicas que, si estuvieran protegidas, resolverían la crisis climática, alimentaria y de biodiversidad. Según los datos de National Geographic Society, al atender las zonas propuestas podrían protegerse más del 80 por ciento de los hábitats de especies marinas en peligro de extinción y las capturas de pesca aumentarían en más de ocho millones de toneladas métricas.

Además de la cuestión ambiental, la economía azul también sirve como una vía para reestructurar el sistema económico de manera más justa, sostenible y rentable, integrando el bienestar social y ecológico. Pauli critica fuertemente la disparidad económica que existe entre países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo. Es importante contar con un sistema con el que la desigualdad disminuya. A través de una gestión integrada y basada en la colaboración internacional, se puede impulsar el crecimiento económico sin comprometer la salud de los ecosistemas marinos.

¿Qué retos enfrenta?

Como todos los modelos que buscan disrumpir el sistema económico actual, la economía azul enfrenta resistencia y malas prácticas. De manera similar a cómo el greenwashing afecta a la economía verde, hay proyectos que usan el nombre de la economía azul buscando un retorno económico rápido, sin tomar el compromiso necesario ni juntar todos sus principios. Por ejemplo, aunque es cierto que los proyectos de energía renovable marina son cruciales para la transición a un futuro sostenible, tienen que ser balanceados con inversiones que directamente benefician los ecosistemas marinos donde se ubican y las comunidades que dependen de estos. El centro de investigación WorldFish destaca que existe una diferencia preocupante entre los proyectos relacionados a la economía azul, siendo las iniciativas que protegen los ecosistemas marinos las menos financiadas en comparación.

El mismo Gunter Pauli señala y critica la falta de enfoque por parte de gobiernos e instituciones. Desde sus principios, la economía azul busca poner fin a «la transición ecológica solo para ricos». La situación global actual ha hecho difícil que los gobiernos prioricen el ambiente frente a la creciente tensión política, especialmente en Europa. En una entrevista con el diario El País a principios de este año dijo: «Varios países europeos ya están diciendo que no van a alcanzar los objetivos de la Agenda 2030. Pero la sociedad civil no tiene que sentarse y decir ‘bueno, ya está decidido’. Al contrario, la sociedad civil y, entre otros, la comunidad académica, tienen que tomar otras decisiones.«

La isla El Hierro, en la comunidad autónoma de las Islas Canarias, es un ejemplo de sostenibilidad para Gunter Pauli.

Sin embargo, Pauli está convencido de que la economía azul puede funcionar. Uno de los mayores proyectos iniciales fue en la isla de El Hierro, donde comprobó como un ambiente pequeño y alejado es capaz de recuperar no solamente su economía, sino hacerlo con energía renovable generada localmente. Una parte primordial para su éxito fue la construcción de la estación hidroeléctrica Gorona de Viento El Hierro, que hizo posible que la isla dejara de emitir 18,700 toneladas de CO2. Este avance firme y decidido en la transición energética le valió a la isla el reconocimiento de la Comisión Europea y, para Gunter Pauli, es una muestra del camino a seguir.

Fuentes:

Grupo de audencia objetivo

¿Cómo construir el perfil del consumidor?

No es adecuado empezar un negocio sin tener en cuenta al público objetivo. No basta con realizar suposiciones o tener datos generales. Recordemos que uno de los errores más comunes por el que muchas iniciativas verdes fallan es subestimar los requerimientos del marketing.

Para una estrategia de marketing adecuada es fundamental conocer quién va a comprar y consumir lo que se está vendiendo. Cuando se arma el perfil de esta persona se revela mucho sobre sus intereses, intenciones y deseos. Solo así se puede estrategizar correctamente.

¿Qué es es el perfil del consumidor?

Es una descripción detallada de la persona ideal que consume un producto o servicio. El perfil incluye información clave sobre sus comportamientos, necesidades, puntos de dolor y preferencias. Debe estar basado en datos sólidos, como los resultados de un estudio de mercado o la recopilación de datos de clientes. Gracias a estas características, el perfil del consumidor es útil para guiar estrategias y crear experiencias personalizadas.

En marketing existen diferentes tipos de perfil según la categoría y marca de estudio, como el del cliente o el del comprador. En el sentido estricto de la palabra, el consumidor es la persona que consume o usa el producto o servicio. El comprador realiza la compra pero no necesariamente consume el producto. Por otro lado, el perfil del cliente suele asociarse a las situaciones en las que el vendedor tiene una relación directa con sus compradores o usuarios. A veces estos términos se usan de manera intercambiable, pues hay casos en los que el comprador, el consumidor y el cliente son la misma persona.

Elementos de un perfil del consumidor

Comprender íntegramente al consumidor implica evaluar diferentes aspectos de su perfil. Tu marca y objetivos pueden determinar los tipos de datos a recolectar, pero usualmente el perfil del consumidor se compone de:

  • Información demográfica: Describe las características de los individuos y sus hogares, respondiendo a la pregunta ¿quién es el comprador? Incluye datos como la edad, género, estado civil, tamaño del hogar, etc.
  • Información psicográfica: Analiza las motivaciones, actitudes, valores y estilo de vida, lo que permite entender mejor sus deseos y necesidades. Es decir, responde al por qué de las acciones del consumidor. Incluye datos sobre actitudes, opiniones, rasgos de su personalidad, estilo de vida, religión, entre otros.
  • Hábitos de compra y consumo: Se refiere a los comportamientos específicos del consumidor en el proceso de compra y consumo. En otras palabras, responde al cómo compra y consume. Abarca información sobre la frecuencia de compra, lealtad de marca, métodos de pago preferidos, y otros factores que afectan sus decisiones de compra y consumo.

En la creación del perfil del consumidor también se suele profundizar en aspectos como el equipamiento del hogar y el hábito de consumo de medios. Por ejemplo, para una marca de café es relevante si el consumidor cuenta o no con una máquina cafetera y su tipo; o si su consumidor ideal prefiere la televisión por cable a las redes sociales. De esta manera las marcas pueden mejorar la experiencia del cliente y diseñar estrategias de marketing adecuadas, aumentando su fidelidad.

¿Cómo construirlo?

Entiende tu producto o servicio y a los consumidores actuales

El primer paso es entender tu producto o servicio: ¿cómo se usa?, ¿qué características lo diferencian de los demás?. En este proceso es recomendable comunicarse con el equipo a cargo de desarrollar el producto. Si el comprador y cliente suelen ser una persona, entonces también es importante conocer el proceso de compra.

Además, si existen clientes o consumidores hay que conocer cuál es su opinión del producto o servicio. En una primera etapa se puede recurrir a herramientas como Google Analytics, u otras especializadas en redes sociales (Social Analytics) para este propósito.

Recopila información del consumidor ideal

En este paso hay que definir al consumidor ideal, ya que es posible que sea diferente a los consumidores actuales, y empezar a recopilar su información. La forma más recomendada de hacer esto es a través de una investigación de mercado, ya sea usando fuentes primarias o secundarias, realizada de forma objetiva.

La investigación primaria es hecha por tu misma empresa o, si se contrata a un tercero, como una agencia, es realizada a nombre de tu marca. Aquí entran las entrevistas, encuestas y focus groups. La mayor ventaja de este método es la personalización acorde a las necesidades de tu marca, aunque puede resultar costosa y consumir mucho tiempo.

Por otro lado, la investigación secundaria revisa la información recopilada por alguien más, desde libros, páginas web de la competencia, artículos académicos o reportes. Es más fácil de conseguir pero es menos específica. Por ejemplo, la consultora The Cocktail publicó a inicios de año su reporte sobre el perfil del consumidor digital en 2024, donde revela el efecto que está teniendo el auge de la Inteligencia Artificial, la constante rutina digital, o la brecha generacional en el perfil de los consumidores, entre otros puntos clave. Esta información es útil para cualquier marca que apunte a vender de forma digital, pero no le permitirá conocer a profundidad su nicho particular.

Analiza e identifica los elementos más importantes

Después de recopilar la información es necesario analizarla para determinar qué es relevante y debe ser incluido en el perfil del consumidor. Entre los elementos más comunes a considerar están la edad, trabajo, estado civil, puntos de dolor, motivaciones para comprar y factores que influencian sus decisiones de compra y consumo. La información exacta a incluir depende de su negocio y el producto o servicio.

Construye el perfil del consumidor

Para construir el perfil del consumidor uno puede usar diversas plantillas y herramientas, desde Microsoft Word o Google Docs hasta Canva o Photoshop. Cabe decir que el perfil del consumidor también es una gran oportunidad para reforzar la identidad de marca a través de la paleta de colores, logo y otros elementos visuales. Hay gran variedad de ejemplos disponibles listos para su uso, hechos por grupos expertos como Semrush o Zendesk. Además, se recomienda darle un nombre al consumidor en su perfil y, de ser posible, una fotografía, ya que esto facilita el principal beneficio de armar un perfil del consumidor: empatizar con la persona.

Este perfil ayudará a mejorar el marketing, ventas y soporte, permitiendo al equipo anticiparse a las necesidades de los consumidores. Tus clientes sabrán que puedes resolver sus problemas, haciéndose leales a tu marca.

Fuentes

Economía verde

¿Qué es la economía verde?: Su origen, 5 principios y lo que implica para el futuro.

La economía ha crecido a expensas de la naturaleza. Las consecuencias de esto se ven hoy en día a través de la crisis ambiental y la crisis por los recursos. Estos problemas hacen evidente lo que los expertos han señalado desde hace décadas: el modelo económico tradicional es insostenible a largo plazo. Es por eso que se han planteado alternativas hacia una economía verde que aproveche el ingenio humano para lidiar con los problemas del planeta y a la vez ser el motor de crecimiento económico.

¿Qué define a la economía verde?

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) define la economía verde como “aquella que resulta en un mejor bienestar humano y equidad social, reduciendo significativamente los riesgos ambientales y la escasez ecológica”. Está conectada con la producción, distribución y consumo de bienes y servicios que apuntan a mejorar la condición humana y ambiental a largo plazo. Es decir, a diferencia de otros modelos sostenibles, como la economía circular (que se enfoca en los recursos y sus ciclos de uso), la economía verde se aplica a todo el marco económico, por lo que una economía circular puede ser parte de una economía verde, pero no al revés.

Origen

Desde finales de la década de los sesenta empezaron a surgir diversas ideas para un nuevo modelo económico basado en el «despertar de la conciencia«, con varios expertos reconociendo que el ser humano y el planeta son más importantes que el beneficio económico. Sin embargo, no fue hasta 1989, con la publicación del libro Blueprint for a Green Economy (en español, Plan para una economía verde) de David Pearce, que se formalizó este concepto. Es aquí donde se define el objetivo principal de la economía verde: crear bienestar para todos y hacerlo respetando al ambiente.

La manera en que la economía evolucionó incentiva el consumo en exceso, la degradación de bienes naturales y destruye la riqueza natural, alimentando aún más los problemas críticos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la falta de recursos. Un nuevo modelo económico es necesario para nuestra supervivencia. Joan Melé, economista español y presidente de la fundación Dinero y Conciencia, compara este cambio de paradigma al que hubo cuando se planteó el heliocentrismo. De manera similar a ese entonces, el nuevo modelo genera rechazo al principio, pero «al final se va imponiendo por sentido común«.

Los 5 principios de la economía verde

La Coalición de Economía Verde declara que las economías son fundamentalmente un conjunto de reglas y normas que premian y castigan ciertos comportamientos. Actualmente promueven conductas que depredan la naturaleza debido a su interés por el beneficio económico sobre todo lo demás. Es por eso que la Coalición define cinco principios de la economía verde, cada uno basado en precedentes importantes de la política internacional, y los cuales, juntos, pueden guiar reformas económicas en diversos contextos: bienestar, justicia, límites planetarios, eficiencia y suficiencia, y buen gobierno.

El bienestar ha sido un objetivo primordial de la economía verde desde su concepción. Idealmente este modelo permite a todas las personas crear y disfrutar prosperidad. Para lograrlo se centra en las personas y en crear riqueza que apoye el bienestar, no solo como capital financiero, sino también capital humano, social, físico y natural. La economía verde prioriza el acceso y la inversión a la sostenibilidad, infraestructura, conocimiento y educación necesarios para el bien común.

Para que exista bienestar también debe haber justicia. La economía verde promueve la igualdad entre todos a lo largo de generaciones, es inclusiva y comparte la toma de decisiones, beneficios y costos de manera justa. Busca reducir la disparidad entre las personas mejorando la distribución de oportunidades. Su perspectiva a largo plazo crea riqueza y resiliencia para las futuras generaciones, sin ignorar los problemas urgentes que deben ser solucionados ahora y sin dejar a nadie atrás durante el proceso de transición.

La economía verde salvaguarda los límites planetarios: protege, restaura e invierte en la naturaleza. Reconoce la limitada sustituibilidad del capital natural con otros capitales, y por precaución evita la pérdida del capital natural crítico y el incumplimiento de los límites ecológicos. Además, prioriza la inversión en los sistemas naturales y la innovación en su manejo a través de propiedades como, por ejemplo, la circularidad.

La eficiencia y suficiencia significan apoyar el consumo y producción sostenible. La economía verde es baja en carbono, diversa y circular; conserva los recursos y adopta nuevos modelos de desarrollo económico que afrontan el desafío de crear prosperidad dentro de los límites planetarios. Reconoce un piso social de bienes y servicios básicos para el bienestar y la dignidad, así como los picos inaceptables de consumo. Para fomentar que se respeten estos límites la economía verde usa diversos mecanismos, como hacer pagar al contaminador o dar beneficios a los agentes que entreguen resultados verdes.

Para que la economía verde sea implementada necesita del buen gobierno. Es decir, la economía debe estar guiada por instituciones íntegras, responsables y resilientes, cuyas decisiones deben basarse en la evidencia y contar con la participación y consentimiento público.

¿Qué significa para el futuro?

El estado actual de la crisis climática es altamente preocupante. Se han roto récords de temperaturas en los últimos años y todo indica que veremos efectos más extremos en el clima en los años venideros. Esto ya está afectando a la economía de América Latina, con la caída de productividad agrícola, movimientos migratorios, elevados costos por la reconstrucción luego de un desastre natural, entre otros. Se estima que el calentamiento global le podrá costar a la región entre 1.5% y 5% de su PBI en 2050. Es aquí donde entra la economía verde, que representa una oportunidad para el ambiente, la sociedad y la economía.

La transición hacia la economía verde es más importante que nunca antes. Después de décadas de ignorar las advertencias de los expertos, la mejor esperanza ahora es actuar de inmediato para limitar la extensión del daño que se vive actualmente. Con la economía verde se puede hacer más que reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Este modelo también desarrolla nuestras habilidades para adaptarse al cambio climático y, al lograr sus objetivos ambientales, también trae beneficios económicos y sociales, como la generación de empleo.

Se estima que con la transición a una economía verde veremos ocho millones de empleos generados a nivel mundial solamente en el sector de energías renovables. Esto compensaría la pérdida de aproximadamente 2.5 millones de empleos actualmente ocupados en combustibles fósiles. Además, cada vez son más los jóvenes que consideran cómo su empleo afecta al ambiente. Según la ONU, más del 40% de los millennials y la generación Z están contemplando cambios en su empleo debido a preocupaciones sobre el cambio climático.

A pesar de estas tendencias, aún hay una considerable falta de personal especializado. Para aliviar esto se está impulsando la formación de jóvenes y el reskilling de trabajadores, de manera que se mantengan en el sector cuando pasen a ser empleos verdes. Por ejemplo, recientemente se ha lanzado en América Latina y el Caribe el Pacto de Empleos Verdes para los Jóvenes, con el que la ONU y Ministerios de Ambiente de la región se comprometen a acelerar la creación de empleos verdes.

Fuentes

Banner horizontal con motivo de Instagram

Aniversario de Instagram: ¿Cómo se volvió la tercera red social más usada?

Desde su lanzamiento hace 14 años, Instagram ha evolucionado desde una simple aplicación de fotos a una de las redes sociales más importantes. Gracias a su característico énfasis por el impacto visual ha alimentado la creatividad y cambiado la forma en que consumimos contenido en internet. Es por eso que, con motivo de su aniversario, en este blog exploraremos cómo Instagram se convirtió en la tercera red social con más usuarios y cómo ha impactado en el marketing digital.

La historia de Instagram

¿Cómo surgió la idea?

Todo empezó en 2009, de la mano de Kevin Systrom, un ex-programador de Google que en ese entonces trabajaba en Nextstop, una startup que recomendaba destinos donde viajar. El joven de 27 años notó el éxito de Foursquare, una red social novedosa que aprovechaba la geolocalización de los celulares para que los usuarios puedan descubrir y compartir información sobre diversos lugares a los que atendían. Inspirado por esta forma de aprovechar las funciones del celular (y su gusto por el whisky), creó rápidamente Burbn, una aplicación para iPhones que también usaba la geolocalización para que los usuarios registren su ingreso a ciertos lugares, planifiquen futuras visitas, ganen puntos por salir con amigos y publiquen fotos de estos encuentros.

Mientras esto sucedía, la cultura online veía el auge del movimiento hipster, que revitalizaba la popularidad de la fotografía y cámaras vintage. Fue así que surgió Hipstamatic, la app de fotografía que se volvió líder gracias a su uso de filtros, en ese entonces revolucionario. En 2010 fue la ganadora del primer premio «App del año» de Apple y juntaba a más de 4 millones de usuarios activos. Llamada la «Kodak de la era digital», parecía que Hipstamatic sería imparable. Sin embargo ese mismo año también sería clave para el inicio de Instagram. En marzo, Systrom atendió a una fiesta de otra startup en Silicon Valley. Ahí conocería a un par de inversionistas a quienes enseñó Burbn y, después de un par de reuniones, consiguió el financiamiento que lo motivó a renunciar a su trabajo para dedicarse por completo a esta app.

Burbn (pronunciado bourbon) fue el primer prototipo de lo que sería Instagram

A pesar de que Burbn no tenía el éxito esperado, Systrom seguía trabajando en ella y trajo como socio al programador Mike Krieger. Juntos analizaron cómo las personas usaban la aplicación y descubrieron que ignoraban prácticamente todas las funciones excepto la de compartir fotos. Se dieron cuenta que era necesario un cambio drástico.

El nacimiento de Instagram

Systrom y Krieger empezaron estudiando a la competencia. Aunque el éxito de Hipstamatic era innegable, no era realmente una red social. En palabras de su fundador Ryan Dorshorst, «construimos el producto para ser una app de paga que era una herramienta creativa.» El enfoque de Hipstamatic era la edición de fotos. Por otro lado, la función para compartir fotos que Facebook había implementado en celulares, especialmente los iPhone, no era la mejor. Fue así que decidieron que su aplicación sería el puente entre las dos: con fotos como Hipstamatic y el factor social de Facebook.

Rediseñaron Burbn hasta tener únicamente las funciones para comentar, dar «me gusta» y publicar fotos. En medio del rediseño adoptarían un nuevo nombre: Instagram, mezclando instant (del inglés instant photo, o foto instantánea) y telegram. El 16 de julio de 2010 empezó la primera prueba de Instagram, día que también marca la primera publicación en la red social. Sin embargo, fue hasta el 6 de octubre que lanzaron la aplicación oficialmente.

La fecha resultó conveniente, pues Apple había lanzado en junio de ese mismo año el iPhone 4 con una cámara mejorada, respondiendo al creciente interés del público. En su primer día, Instagram consiguió 25 mil usuarios. Al final de su primera semana superó las 100 mil descargas, y en diciembre llegó al primer millón. La aplicación era un éxito.

Kevin Systrom y Mike Krieger, fundadores de Instagram

El éxito de Instagram

La aplicación no tardó en llamar la atención de varios agentes en la industria. Tan solo después de dos semanas en la App Store, Apple quería que Instagram saliera en la página principal de su tienda. El crecimiento fue exponencial desde entonces y en dos años habían conseguido aproximadamente 27 millones de usuarios. El desarrollo constante los llevó a ir añadiendo funciones para satisfacer al público creciente, como los filtros que habían sido popularizados en un principio por Hipstamatic.

Mientras la aplicación iba creciendo, Systrom y Krieger recibían ofertas de varios inversores, incluyendo una oferta formal por parte de Twitter para comprar Instagram, aunque esta fue rechazada. Fue hasta abril de 2012, mes de su lanzamiento oficial en Android (con más de un millón de descargas en un día) que aceptaron vender Instagram. Los jóvenes dueños se habían familiarizado con Mark Zuckenberg y fue así que Facebook compró Instagram por mil millones de dólares en efectivo y acciones.

Systrom y Krieger seguirían a cargo de Instagram hasta 2018, tiempo durante el cual ayudaron al crecimiento de Instagram. La aplicación vería nuevas funciones como explorar contenido por hashtags o la ubicación de los posts, herramientas para tomar y editar fotos o grabar videos desde la misma aplicación, mensajería instantánea, stories, reels, entre otras.

Impacto en el marketing digital

Hoy en día Instagram es considerada una de las pioneras en la integración de anuncios y promociones orgánicas en redes sociales. Actualmente tiene más de 2 mil millones de usuarios activos mensualmente, una de las audiencias más grandes que se pueden obtener. Sus usuarios comparten fotos y videos que reflejan un deseo de expresarse y entretenerse, lo que ha llevado también a estrategias de marketing cada vez más creativas.

Según las últimas estadísticas de Sprout Social, el alcance de la publicidad en Instagram está aumentando en un 12.2% anual. Esto la vuelve una opción ideal para marcas que deseen hacerse notar. De hecho, la publicidad es actualmente la mayor fuente de ingresos para Instagram, por lo que no sorprende que la empresa otorgue el mayor valor posible a las marcas que la usan.

Instagram también se ha vuelto también un referente para el consumidor, un lugar donde las personas buscan inspiración y descubren nuevos productos. Según un estudio interno de Instagram, aproximadamente el 70% de compradores busca en la plataforma sus siguientes compras. Además, es la red social donde más usuarios (62.7%) siguen a diversas marcas y productos. Esto hace de Instagram uno de los mejores lugares para vender.

Finalmente, en los últimos años Instagram ha visto varios cambios, como los reels (su respuesta a los tiktoks) y los influencers. Al igual que con las demás redes sociales, los videos en formato corto (en este caso reels) han ganado gran popularidad y tienen el mayor alcance en la red (30.81% en promedio), aunque su tasa de interacción está bajando. Por otro lado, Instagram es la red social donde más se usa el marketing con influencers, con 80.8% de marketeros indicando que forma parte de sus planes en 2024. La mayoría de influencers en la plataforma son nano influencers, con hasta 10 mil seguidores, y forman el 65.39% de influencers en la red. Para las marcas, esto representa una enorme variedad de opciones para optar por el marketing con influencers, además de la oportunidad de llegar a diferentes nichos de audiencias.

Fuentes