El cambio climático que vivimos actualmente nos obliga a replantear los modelos económicos tradicionales. Gracias a esto hemos visto surgir nuevos conceptos como la economía verde y la economía azul. Aunque ambas buscan reconciliar el cuidado del medio ambiente con el crecimiento económico, tienen diferentes enfoques y áreas de aplicación. En este blog exploraremos sus diferencias y cómo cada una es importante para un futuro sostenible en la región.
Diferencias clave
Objetivos
Los dos modelos tienen un objetivo principal similar centrado en el cuidado del ambiente y mejorar la productividad económica; es decir, «mejorar el bienestar humano y la equidad social, reduciendo al mismo tiempo los riesgos ambientales y los daños ecológicos«. Sin embargo, los objetivos secundarios que las llevan a este punto difieren. Mientras que la economía verde se centra principalmente en la reducción de la huella de carbono mediante prácticas sostenibles en todos los sectores productivos, la economía azul pone su énfasis en la practicidad y asequibilidad de la sostenibilidad, así como el aprovechamiento responsable de los recursos marinos.
Los productos creados bajo la economía verde son fuente de críticas, pues solo un sector de la población puede adquirirlos debido a los costos detrás de su producción. En consecuencia, el objetivo de la economía azul en lo referente a la producción es evitar el desperdicio y utilizar todos los recursos disponibles de manera inteligente, innovadora y creativa.
Amplitud de enfoque
La diferencia en objetivos entre los dos modelos también los lleva a tener enfoques diferentes. La economía verde es más amplia que la azul. Se centra en la sostenibilidad ambiental en general, promoviendo el desarrollo económico sin comprometer los recursos naturales ni el bienestar de las generaciones futuras. Implica la transformación de sectores como la energía, la agricultura, la construcción y el transporte hacia prácticas más sostenibles. Por otro lado, la economía azul se enfoca especialmente en los océanos y recursos marinos, promoviendo su uso sostenible para el desarrollo económico.
Sectores de actividad
La economía verde, al ser más amplia y general, ve aplicaciones a través de diversos sectores, como la energía renovable, agricultura ecológica, prácticas agrícolas sostenibles, gestión sostenible de los recursos y desperdicios, entre otros. En cambio, aunque la economía azul se puede adaptar a diferentes ambientes, suele verse en práctica en actividades relacionadas a los recursos marítimos, como el comercio, turismo costero, pesca y acuicultura sostenible, y energía marina.
Importancia en la región
Los dos modelos son fundamentales para el futuro sostenible de nuestra región. A pesar de que enfrenta grandes desafíos, la economía verde es clave para combatir el cambio climático y proteger los ecosistemas. La transición ecológica que plantea este modelo puede ser el motor de crecimiento y empleo en el futuro cercano. Por ejemplo, el economista Juan Vázquez Zamora afirma que, si se invirtiera 3% más en sectores verdes en América Latina, se podría crear hasta un 10% más de empleo.
Por su parte, la economía azul tiene un enorme potencial para impulsar el desarrollo económico limitando el daño a los océanos y costas de la región de forma práctica. Esto es especialmente en países que necesitan de sistemas resilientes, como Perú, ya que la economía azul «fortalece la resiliencia económica, social y ambiental en diversos territorios del país; desde un conocimiento local, ético y global.» Es decir, este modelo no solo promueve la sostenibilidad, sino que también potencia la capacidad de adaptación frente a las crisis ambientales y económicas.
Martel-Carranza, C. P., & Torero-Solano de Martel, N. Z. (2022). Economía verde vs. economía azul: un análisis para decisiones de producción, consumo e inversión. Gaceta Científica, 8(3), 119–120. https://doi.org/10.46794/gacien.8.3.1688
La naturaleza y la economía global están entrelazadas desde sus comienzos. Sin embargo, esta última ha evolucionado en contra del ambiente y los recursos naturales, consumiéndolos de forma insostenible, lo que ha llevado a una crisis ambiental y la amenaza de una crisis por los recursos. Esto ha llevado a que diversas filosofías para una economía verde ganen tracción en los últimos años. Sin embargo, esta transición aún enfrenta múltiples retos y despierta opiniones diversas sobre cómo deberían llevarse a cabo. Es en este contexto que surge el término economía azul, usado en diferentes ámbitos, pero siempre ligado a la sostenibilidad y el crecimiento económico.
¿Qué es la economía azul?
Cuando se habla de economía verde hay una tendencia a enfocarse en los bosques y recursos naturales presentes en la tierra, pero tampoco debemos olvidar la importancia de los océanos. Desde el principio de la humanidad el mar ha sido un elemento primordial en la economía, con civilizaciones antiguas navegando para comerciar o dependiendo de la pesca para alimentar a su población. En la actualidad los pozos petrolíferos en aguas profundas, parques eólicos marítimos y barcos de carga masiva utilizan el océano para apoyar a la economía global, pero no necesariamente lo hacen de la manera más sostenible. Es por eso que, para resaltar su importancia, el Banco Mundial define a la economía azul como el uso sostenible de los recursos oceánicos para el crecimiento económico y mejorar las condiciones de vida y trabajo, al mismo tiempo preservando la salud del ecosistema marítimo.
Sin embargo, la economía azul es más que señalar un problema de enfoque en la economía verde. Desde hace décadas varios especialistas promueven la transición hacia este modelo económico y, aunque han habido casos de éxito, la realidad es que siguen enfrentando varios retos. Los altos costos han llevado a una resistencia del mercado, retrasando el proceso de transición en un momento crítico para nuestro planeta. Frente a este problema, el economista Gunter Pauli usó por primera vez el término economía azul en 1994 en un trabajo realizado para las Naciones Unidas, y en el que profundizaría años después en su libro del mismo nombre. En este propone un modelo de negocio que lleva a la sociedad de la escasez a la abundancia, con lo que está localmente disponible. En otras palabras, la economía azul implementa la sostenibilidad sin sacrificar la productividad ni la rentabilidad.
Los principios de la economía azul
Gunter Pauli vio necesaria la creación de un nuevo modelo cuando notó los problemas a los que se enfrenta continuamente la economía verde. Muchos negocios medianos y pequeños terminan fracasando económicamente al implementar la sostenibilidad debido al aumento de costos que implica y por lo tanto se ven obligadas a vender a un precio elevado. En una entrevista con Plastic Ocean señaló: «En el pasado luchaba por la Economía Verde. Era mi sueño, pero la realidad es que en la Economía Verde todo lo que es bueno para ti y bueno para el medio ambiente sale caro. »
Gunter Pauli, economista y autor del libro La economía azul.
Los productores locales no tienen las herramientas para mantenerse competitivos y sostenibles a la vez. La idea de la economía azul es cambiar la realidad de los pequeños fabricantes, agricultores y asociaciones. El modelo propone usar todo lo que se tiene a mano, generar valor y responder a las necesidades de las personas. Esta visión se puede resumir en tres principios:
Inspirarse continuamente en la naturaleza. Propone un modelo basado en la imitación de los procesos de la naturaleza para crear sistemas de producción regenerativos y circulares. Este modelo prioriza el uso eficiente de los recursos, minimiza los desechos y promueve la creación de valor a partir de soluciones sostenibles e innovadoras.
Cambiar las reglas del juego. El sistema actual, gobernado por la economía lineal, nos ha acercado a un punto de no retorno en la degradación del planeta por la explotación masiva de recursos naturales, y es necesario un cambio completo para nuestra supervivencia.
Concentrarse en lo que está disponible localmente. En lugar de priorizar los bajos costos, busca crear compromiso con la resiliencia de las comunidades a través de la generación de valor y trabajo.
¿Por qué es importante?
Internacionalmente la economía azul es fomentada con el objetivo de salvaguardar el océano y aplicar los principios definidos por Pauli. Diversos proyectos y estudios se han dedicado a esta tarea. Por ejemplo, en 2021 la revista científica Nature publicó el estudio Protección del océano global para la biodiversidad, los alimentos y el clima, pionero a nivel mundial por su trabajo sobre la relación directa entre la protección de los ecosistemas marinos y el desarrollo económico. Este trabajo propuso una solución integral para los grandes problemas medioambientales que se derivan del cambio climático y determinó las áreas oceánicas que, si estuvieran protegidas, resolverían la crisis climática, alimentaria y de biodiversidad. Según los datos de National Geographic Society, al atender las zonas propuestas podrían protegerse más del 80 por ciento de los hábitats de especies marinas en peligro de extinción y las capturas de pesca aumentarían en más de ocho millones de toneladas métricas.
Además de la cuestión ambiental, la economía azul también sirve como una vía para reestructurar el sistema económico de manera más justa, sostenible y rentable, integrando el bienestar social y ecológico. Pauli critica fuertemente la disparidad económica que existe entre países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo. Es importante contar con un sistema con el que la desigualdad disminuya. A través de una gestión integrada y basada en la colaboración internacional, se puede impulsar el crecimiento económico sin comprometer la salud de los ecosistemas marinos.
¿Qué retos enfrenta?
Como todos los modelos que buscan disrumpir el sistema económico actual, la economía azul enfrenta resistencia y malas prácticas. De manera similar a cómo el greenwashing afecta a la economía verde, hay proyectos que usan el nombre de la economía azul buscando un retorno económico rápido, sin tomar el compromiso necesario ni juntar todos sus principios. Por ejemplo, aunque es cierto que los proyectos de energía renovable marina son cruciales para la transición a un futuro sostenible, tienen que ser balanceados con inversiones que directamente benefician los ecosistemas marinos donde se ubican y las comunidades que dependen de estos. El centro de investigación WorldFish destaca que existe una diferencia preocupante entre los proyectos relacionados a la economía azul, siendo las iniciativas que protegen los ecosistemas marinos las menos financiadas en comparación.
El mismo Gunter Pauli señala y critica la falta de enfoque por parte de gobiernos e instituciones. Desde sus principios, la economía azul busca poner fin a «la transición ecológica solo para ricos». La situación global actual ha hecho difícil que los gobiernos prioricen el ambiente frente a la creciente tensión política, especialmente en Europa. En una entrevista con el diario El País a principios de este año dijo: «Varios países europeos ya están diciendo que no van a alcanzar los objetivos de la Agenda 2030. Pero la sociedad civil no tiene que sentarse y decir ‘bueno, ya está decidido’. Al contrario, la sociedad civil y, entre otros, la comunidad académica, tienen que tomar otras decisiones.«
La isla El Hierro, en la comunidad autónoma de las Islas Canarias, es un ejemplo de sostenibilidad para Gunter Pauli.
Sin embargo, Pauli está convencido de que la economía azul puede funcionar. Uno de los mayores proyectos iniciales fue en la isla de El Hierro, donde comprobó como un ambiente pequeño y alejado es capaz de recuperar no solamente su economía, sino hacerlo con energía renovable generada localmente. Una parte primordial para su éxito fue la construcción de la estación hidroeléctrica Gorona de Viento El Hierro, que hizo posible que la isla dejara de emitir 18,700 toneladas de CO2. Este avance firme y decidido en la transición energética le valió a la isla el reconocimiento de la Comisión Europea y, para Gunter Pauli, es una muestra del camino a seguir.
No es adecuado empezar un negocio sin tener en cuenta al público objetivo. No basta con realizar suposiciones o tener datos generales. Recordemos que uno de los errores más comunes por el que muchas iniciativas verdes fallan es subestimar los requerimientos del marketing.
Para una estrategia de marketing adecuada es fundamental conocer quién va a comprar y consumir lo que se está vendiendo. Cuando se arma el perfil de esta persona se revela mucho sobre sus intereses, intenciones y deseos. Solo así se puede estrategizar correctamente.
¿Qué es es el perfil del consumidor?
Es una descripción detallada de la persona ideal que consume un producto o servicio. El perfil incluye información clave sobre sus comportamientos, necesidades, puntos de dolor y preferencias. Debe estar basado en datos sólidos, como los resultados de un estudio de mercado o la recopilación de datos de clientes. Gracias a estas características, el perfil del consumidor es útil para guiar estrategias y crear experiencias personalizadas.
En marketing existen diferentes tipos de perfil según la categoría y marca de estudio, como el del cliente o el del comprador. En el sentido estricto de la palabra, el consumidor es la persona que consume o usa el producto o servicio. El comprador realiza la compra pero no necesariamente consume el producto. Por otro lado, el perfil del cliente suele asociarse a las situaciones en las que el vendedor tiene una relación directa con sus compradores o usuarios. A veces estos términos se usan de manera intercambiable, pues hay casos en los que el comprador, el consumidor y el cliente son la misma persona.
Elementos de un perfil del consumidor
Comprender íntegramente al consumidor implica evaluar diferentes aspectos de su perfil. Tu marca y objetivos pueden determinar los tipos de datos a recolectar, pero usualmente el perfil del consumidor se compone de:
Información demográfica: Describe las características de los individuos y sus hogares, respondiendo a la pregunta ¿quién es el comprador? Incluye datos como la edad, género, estado civil, tamaño del hogar, etc.
Información psicográfica: Analiza las motivaciones, actitudes, valores y estilo de vida, lo que permite entender mejor sus deseos y necesidades. Es decir, responde al por qué de las acciones del consumidor. Incluye datos sobre actitudes, opiniones, rasgos de su personalidad, estilo de vida, religión, entre otros.
Hábitos de compra y consumo: Se refiere a los comportamientos específicos del consumidor en el proceso de compra y consumo. En otras palabras, responde al cómo compra y consume. Abarca información sobre la frecuencia de compra, lealtad de marca, métodos de pago preferidos, y otros factores que afectan sus decisiones de compra y consumo.
En la creación del perfil del consumidor también se suele profundizar en aspectos como el equipamiento del hogar y el hábito de consumo de medios. Por ejemplo, para una marca de café es relevante si el consumidor cuenta o no con una máquina cafetera y su tipo; o si su consumidor ideal prefiere la televisión por cable a las redes sociales. De esta manera las marcas pueden mejorar la experiencia del cliente y diseñar estrategias de marketing adecuadas, aumentando su fidelidad.
¿Cómo construirlo?
Entiende tu producto o servicio y a los consumidores actuales
El primer paso es entender tu producto o servicio: ¿cómo se usa?, ¿qué características lo diferencian de los demás?. En este proceso es recomendable comunicarse con el equipo a cargo de desarrollar el producto. Si el comprador y cliente suelen ser una persona, entonces también es importante conocer el proceso de compra.
Además, si existen clientes o consumidores hay que conocer cuál es su opinión del producto o servicio. En una primera etapa se puede recurrir a herramientas como Google Analytics, u otras especializadas en redes sociales (Social Analytics) para este propósito.
Recopila información del consumidor ideal
En este paso hay que definir al consumidor ideal, ya que es posible que sea diferente a los consumidores actuales, y empezar a recopilar su información. La forma más recomendada de hacer esto es a través de una investigación de mercado, ya sea usando fuentes primarias o secundarias, realizada de forma objetiva.
La investigación primaria es hecha por tu misma empresa o, si se contrata a un tercero, como una agencia, es realizada a nombre de tu marca. Aquí entran las entrevistas, encuestas y focus groups. La mayor ventaja de este método es la personalización acorde a las necesidades de tu marca, aunque puede resultar costosa y consumir mucho tiempo.
Por otro lado, la investigación secundaria revisa la información recopilada por alguien más, desde libros, páginas web de la competencia, artículos académicos o reportes. Es más fácil de conseguir pero es menos específica. Por ejemplo, la consultora The Cocktail publicó a inicios de año su reporte sobre el perfil del consumidor digital en 2024, donde revela el efecto que está teniendo el auge de la Inteligencia Artificial, la constante rutina digital, o la brecha generacional en el perfil de los consumidores, entre otros puntos clave. Esta información es útil para cualquier marca que apunte a vender de forma digital, pero no le permitirá conocer a profundidad su nicho particular.
Analiza e identifica los elementos más importantes
Después de recopilar la información es necesario analizarla para determinar qué es relevante y debe ser incluido en el perfil del consumidor. Entre los elementos más comunes a considerar están la edad, trabajo, estado civil, puntos de dolor, motivaciones para comprar y factores que influencian sus decisiones de compra y consumo. La información exacta a incluir depende de su negocio y el producto o servicio.
Construye el perfil del consumidor
Para construir el perfil del consumidor uno puede usar diversas plantillas y herramientas, desde Microsoft Word o Google Docs hasta Canva o Photoshop. Cabe decir que el perfil del consumidor también es una gran oportunidad para reforzar la identidad de marca a través de la paleta de colores, logo y otros elementos visuales. Hay gran variedad de ejemplos disponibles listos para su uso, hechos por grupos expertos como Semrush o Zendesk. Además, se recomienda darle un nombre al consumidor en su perfil y, de ser posible, una fotografía, ya que esto facilita el principal beneficio de armar un perfil del consumidor: empatizar con la persona.
Este perfil ayudará a mejorar el marketing, ventas y soporte, permitiendo al equipo anticiparse a las necesidades de los consumidores. Tus clientes sabrán que puedes resolver sus problemas, haciéndose leales a tu marca.
Desde su lanzamiento hace 14 años, Instagram ha evolucionado desde una simple aplicación de fotos a una de las redes sociales más importantes. Gracias a su característico énfasis por el impacto visual ha alimentado la creatividad y cambiado la forma en que consumimos contenido en internet. Es por eso que, con motivo de su aniversario, en este blog exploraremos cómo Instagram se convirtió en la tercera red social con más usuarios y cómo ha impactado en el marketing digital.
La historia de Instagram
¿Cómo surgió la idea?
Todo empezó en 2009, de la mano de Kevin Systrom, un ex-programador de Google que en ese entonces trabajaba en Nextstop, una startup que recomendaba destinos donde viajar. El joven de 27 años notó el éxito de Foursquare, una red social novedosa que aprovechaba la geolocalización de los celulares para que los usuarios puedan descubrir y compartir información sobre diversos lugares a los que atendían. Inspirado por esta forma de aprovechar las funciones del celular (y su gusto por el whisky), creó rápidamente Burbn, una aplicación para iPhones que también usaba la geolocalización para que los usuarios registren su ingreso a ciertos lugares, planifiquen futuras visitas, ganen puntos por salir con amigos y publiquen fotos de estos encuentros.
Mientras esto sucedía, la cultura online veía el auge del movimiento hipster, que revitalizaba la popularidad de la fotografía y cámaras vintage. Fue así que surgió Hipstamatic, la app de fotografía que se volvió líder gracias a su uso de filtros, en ese entonces revolucionario. En 2010 fue la ganadora del primer premio «App del año» de Apple y juntaba a más de 4 millones de usuarios activos. Llamada la «Kodak de la era digital», parecía que Hipstamatic sería imparable. Sin embargo ese mismo año también sería clave para el inicio de Instagram. En marzo, Systrom atendió a una fiesta de otra startup en Silicon Valley. Ahí conocería a un par de inversionistas a quienes enseñó Burbn y, después de un par de reuniones, consiguió el financiamiento que lo motivó a renunciar a su trabajo para dedicarse por completo a esta app.
Burbn (pronunciado bourbon) fue el primer prototipo de lo que sería Instagram
A pesar de que Burbn no tenía el éxito esperado, Systrom seguía trabajando en ella y trajo como socio al programador Mike Krieger. Juntos analizaron cómo las personas usaban la aplicación y descubrieron que ignoraban prácticamente todas las funciones excepto la de compartir fotos. Se dieron cuenta que era necesario un cambio drástico.
El nacimiento de Instagram
Systrom y Krieger empezaron estudiando a la competencia. Aunque el éxito de Hipstamatic era innegable, no era realmente una red social. En palabras de su fundador Ryan Dorshorst, «construimos el producto para ser una app de paga que era una herramienta creativa.» El enfoque de Hipstamatic era la edición de fotos. Por otro lado, la función para compartir fotos que Facebook había implementado en celulares, especialmente los iPhone, no era la mejor. Fue así que decidieron que su aplicación sería el puente entre las dos: con fotos como Hipstamatic y el factor social de Facebook.
Rediseñaron Burbn hasta tener únicamente las funciones para comentar, dar «me gusta» y publicar fotos. En medio del rediseño adoptarían un nuevo nombre: Instagram, mezclando instant (del inglés instant photo, o foto instantánea) y telegram. El 16 de julio de 2010 empezó la primera prueba de Instagram, día que también marca la primera publicación en la red social. Sin embargo, fue hasta el 6 de octubre que lanzaron la aplicación oficialmente.
La fecha resultó conveniente, pues Apple había lanzado en junio de ese mismo año el iPhone 4 con una cámara mejorada, respondiendo al creciente interés del público. En su primer día, Instagram consiguió 25 mil usuarios. Al final de su primera semana superó las 100 mil descargas, y en diciembre llegó al primer millón. La aplicación era un éxito.
Kevin Systrom y Mike Krieger, fundadores de Instagram
El éxito de Instagram
La aplicación no tardó en llamar la atención de varios agentes en la industria. Tan solo después de dos semanas en la App Store, Apple quería que Instagram saliera en la página principal de su tienda. El crecimiento fue exponencial desde entonces y en dos años habían conseguido aproximadamente 27 millones de usuarios. El desarrollo constante los llevó a ir añadiendo funciones para satisfacer al público creciente, como los filtros que habían sido popularizados en un principio por Hipstamatic.
Mientras la aplicación iba creciendo, Systrom y Krieger recibían ofertas de varios inversores, incluyendo una oferta formal por parte de Twitter para comprar Instagram, aunque esta fue rechazada. Fue hasta abril de 2012, mes de su lanzamiento oficial en Android (con más de un millón de descargas en un día) que aceptaron vender Instagram. Los jóvenes dueños se habían familiarizado con Mark Zuckenberg y fue así que Facebook compró Instagram por mil millones de dólares en efectivo y acciones.
Systrom y Krieger seguirían a cargo de Instagram hasta 2018, tiempo durante el cual ayudaron al crecimiento de Instagram. La aplicación vería nuevas funciones como explorar contenido por hashtags o la ubicación de los posts, herramientas para tomar y editar fotos o grabar videos desde la misma aplicación, mensajería instantánea, stories, reels, entre otras.
Impacto en el marketing digital
Hoy en día Instagram es considerada una de las pioneras en la integración de anuncios y promociones orgánicas en redes sociales. Actualmente tiene más de 2 mil millones de usuarios activos mensualmente, una de las audiencias más grandes que se pueden obtener. Sus usuarios comparten fotos y videos que reflejan un deseo de expresarse y entretenerse, lo que ha llevado también a estrategias de marketing cada vez más creativas.
Según las últimas estadísticas de Sprout Social, el alcance de la publicidad en Instagram está aumentando en un 12.2% anual. Esto la vuelve una opción ideal para marcas que deseen hacerse notar. De hecho, la publicidad es actualmente la mayor fuente de ingresos para Instagram, por lo que no sorprende que la empresa otorgue el mayor valor posible a las marcas que la usan.
Instagram también se ha vuelto también un referente para el consumidor, un lugar donde las personas buscan inspiración y descubren nuevos productos. Según un estudio interno de Instagram, aproximadamente el 70% de compradores busca en la plataforma sus siguientes compras. Además, es la red social donde más usuarios (62.7%) siguen a diversas marcas y productos. Esto hace de Instagram uno de los mejores lugares para vender.
Finalmente, en los últimos años Instagram ha visto varios cambios, como los reels (su respuesta a los tiktoks) y los influencers. Al igual que con las demás redes sociales, los videos en formato corto (en este caso reels) han ganado gran popularidad y tienen el mayor alcance en la red (30.81% en promedio), aunque su tasa de interacción está bajando. Por otro lado, Instagram es la red social donde más se usa el marketing con influencers, con 80.8% de marketeros indicando que forma parte de sus planes en 2024. La mayoría de influencers en la plataforma son nano influencers, con hasta 10 mil seguidores, y forman el 65.39% de influencers en la red. Para las marcas, esto representa una enorme variedad de opciones para optar por el marketing con influencers, además de la oportunidad de llegar a diferentes nichos de audiencias.
La economía circular está basada en tres principios: eliminar los desperdicios y contaminación, circular productos y materiales al mayor valor posible por el tiempo que sea posible, y regenerar la naturaleza. Para lograr estos objetivos el modelo circular se divide en un ciclo técnico, que requiere esfuerzo humano para todos sus procesos, y uno biológico, que aprovecha los procesos naturales del planeta. Hemos explorado a mayor detalle qué es el ciclo técnico, así como las acciones que lo componen en un blog previo. En esta ocasión, veremos con mayor profundidad a la otra mitad del modelo circular: el ciclo biológico.
El ciclo biológico complementa al ciclo técnico para formar la economía circular, usando únicamente materiales seguros para el ambiente y su eventual retorno a la biósfera.
¿Qué es el ciclo biológico?
El ciclo biológico está definido como el conjunto de procesos que, juntos, «ayudan a regenerar el capital natural.» A diferencia del modelo lineal, que considera a la naturaleza como una fuente de recursos, la economía circular da valor a la naturaleza en sí misma, de ahí la importancia de no solo preservar, sino también construir y generar el capital natural. El ciclo biológico se distingue del técnico porque los procesos suceden en el ambiente, y aunque la intervención humana ayuda, no es vital para que sucedan. Además, los únicos materiales que participan en los procesos del ciclo biológico son aquellos que puedan ser devueltos de forma segura a la biósfera.
Regeneración
En el corazón de la economía circular está la regeneración. Las prácticas sostenibles que se aplican en la economía circular buscan mejorar los suelos, aumentar la biodiversidad y retornar los materiales biológicos al ambiente en lugar de desecharlos. En otras palabras, el enfoque principal de la economía circular no es cómo hacer menos daño, sino cómo mejorar el ambiente. Es por eso que todas las acciones del ciclo biológico aportan en mayor o menor medida a la regeneración de recursos.
Agricultura y recolección
El cambio de las operaciones agrícolas y de recolección es uno de los puntos más importantes para conseguir la regeneración de la biósfera. Aplicando técnicas sostenibles se pueden conseguir suelos saludables y mejorar la biodiversidad local, la calidad del aire y agua, y aumentar el almacenamiento de carbono en el suelo. Entre algunas de las soluciones están la agricultura regenerativa, acuicultura restaurativa, y la agroecología, entre otras. Aunque pueden diferir en el enfoque o el alcance, tienen el mismo objetivo: restaurar lo perdido en el ambiente.
Los productores más industrializados en estos sectores ven difícil la transición hacia las técnicas sostenibles de agricultura y recolección. La colaboración, capacitación y el acceso a la tecnología pertinente son claves para este cambio. A pesar del aumento de costo que representa para los productores, a largo plazo mejorará el ambiente del que dependen para extraer recursos. En otras palabras, al adoptar alguna de las soluciones regenerativas, no están sacrificando beneficios, sino invirtiendo.
Digestión anaeróbica y compostaje
Después de la agricultura y recolección sostenible viene la digestión anaeróbica y compostaje. Estos procesos buscan recolectar y devolver al suelo los nutrientes de los desechos orgánicos de los alimentos cosechados y consumidos. Ambos implican a microorganismos, como las bacterias y hongos. El compostaje es la descomposición de los componentes orgánicos, como los desechos de comida, en presencia de oxígeno. De esta manera el material biodegradable se convierte en composta, el cual luego puede nutrir el suelo. Al devolver los nutrientes al suelo con esta composta, los agricultores dependen menos de los fertilizantes químicos para mantener la productividad de las tierras agrícolas.
Por otro lado, la digestión anaeróbica realiza una descomposición similar, pero en la ausencia de oxígeno, y produce biogás y sólidos residuales que pueden ser aplicados a la tierra o añadidos a la composta. El biogás, que también puede ser producido durante el compostaje, sirve como una fuente de energía, y dada su naturaleza, contribuye a la economía circular.
Cascadas
Los procesos de cascada son aquellos que usan los materiales que ya estén circulando en la economía, como los subproductos alimenticios, para crear nuevos materiales. Por ejemplo, se están viendo últimamente avances para reemplazar el plástico por materiales orgánicos en la industria textil. Esto también responde al hecho de que, aunque el reciclaje y el reuso del ciclo técnico ayudan, algunos materiales representan un gran peligro. El océano y la salud de las personas se han visto perjudicadas por los microplásticos. Con los procesos de cascada estos materiales son reemplazados por aquellos que son seguros para el ambiente.
Extracción de materia prima bioquímica
Este paso usa los materiales orgánicos después de la cosecha y consumo como materia prima para producir productos químicos. Las biorrefinerías convierten lo que previamente sería considerado basura orgánica y crea biocombustibles, químicos sostenibles, bioplásticos, entre otros. Aunque actualmente suelen producir poco volumen de estos productos de alto valor, se espera un crecimiento de este sector. La Unión Europea ya promulgó una Directiva de Energías Renovables, con el objetivo de que al menos el 32% de los combustibles del transporte provengan de fuentes renovables.
¿Cuál es su impacto?
Las prácticas depredatorias del ambiente han dañado gravemente al ambiente y hoy en día afecta a todas las personas. Por ejemplo, aunque no es el único factor que ha contribuido a la situación actual de la Amazonía, la quema de campos de cultivos ciertamente no ha sido beneficiosa. Además, termina dañando el mismo suelo que pretende aprovechar para la siembra. Por otro lado, la presencia de plástico en varias etapas de la producción de alimentos, hasta los envases con los que se distribuyen, han llevado a que la persona promedio llegue a consumir hasta 5 gramos de microplásticos cada semana. Sin una manera sostenible y segura de producir alimentos la salud de cada persona está en riesgo. Con el ciclo biológico se impulsan métodos que ponen fin a dichas prácticas dañinas, a la vez que benefician a la economía y la ciencia.
A finales de 2023, los bioplásticos representaban únicamente el 0.6% de toda la producción de plástico. Sin embargo, se espera que esto cambie en el futuro gracias a diversos proyectos y medidas como la anteriormente mencionada Directiva de Energías Renovables de la Unión Europea. Por ejemplo, este año un grupo de diversos investigadores en Países Bajos han logrado crear una biorrefinería que crea bioplásticos y compuestos aromáticos a partir de residuos agroindustriales, como la paja de trigo.
Estos avances en la ciencia y tecnología no son imposibles en la región, ya que tanto el capital natural e intelectual existe. De hecho, entre los miembros del equipo de Países Bajos se encontraba Martín Palazzolo, investigador argentino que trabaja en la Universidad de Cuyo. A pesar del gran potencial, la falta de un marco regulatorio en Perú ha frenado el avance en la transformación hacia una industria sostenible, mientras que otros países como Chile ya están en una transición exitosa hacia la energía renovable.
A menor escala que las biorrefinerías y la producción de energías renovables, la mayoría de personas y pequeños negocios pueden aportar al ciclo biológico con su tratamiento de materiales orgánicos. Tanto las personas comunes como los distintos negocios en el sector alimenticio, desde restaurantes hasta cafeterías, pueden compostar los residuos de sus alimentos. Como parte de la economía circular, esto también representa un mercado. Por ejemplo, Lima Compost ofrece servicios de compostaje y capacitación a vecindarios, colegios, negocios y fábricas en la ciudad.
Ya sea de forma doméstica o empresarial, con o sin ánimo de lucro, todas las personas podemos aportar para que el ciclo biológico se lleve a cabo.